Pétreos constelan verde manto
como pételos del azar.
Pero sin él soy un ser impar
y me desangro mientras tanto,
porque la plástica opulencia
les consume y les emociona.
Saben que el tiempo no perdona
y lo ignoran con insolencia.
Sin más prolegómenos huyo
y convierto la muerte en arte
en caso de buscarla. Parte
de ella este presagio que intuyo.
Tú, Ángel de antemano perdido,
tú, Ángel que no acepta rima,
no esperes que mi sombra exprima
ya la censura del olvido
porque mi alma ya no te reza.
Aunque cada vez que te veo
la contención se torna en deseo
y se inquieta así mi tristeza.
Ángel que no me corresponde.
Y sé con absurda certeza
que un Ángel ignoto me reza.
Sé que hay un Ángel, pero no donde…
Portará la imagen que añoro
y un presentimiento de paz,
bajará de un luminoso haz
ondeando su cabello de oro.
Lo sé, porque así lo soñamos.
Ángel perdido ¿tú aquí?
Desnúdate despacio, si,
desnúdate, después hablamos.
Se viste el amor con rimas elegantes, estrofas que bailan entre los ojos que te leen y la pantalla en la que escribes.
ResponderEliminarMe encantó leerte, como siempre.