NOCHE POÉTICA

NOCHE POÉTICA

POESÍA
La poesía es tan solo otro camino
distinto hacía la temida muerte.
La poesía es el placentero orgasmo
del corazón y sus sentimientos.
Y yo un lujurioso peregrino
que camina errante entre los versos.

R.S.V.



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viernes, 21 de marzo de 2014

LA GÉLIDA DAMA DEL FUEGO (Mi bello oxímoron)




Amada por nadie y deseada por todos,
ese es tu papel en la noche de los beodos.
Pobres, no saben que en el fondo del vaso
se encontraran derretido su fracaso.
Serás la protagonista del Plató,
pero esta noche solo te tendré yo.

Se ilumina tu cara por la pantalla
que grita deseos impuros, pero calla,
después me miras con una mueca rara.
Temo las sombras pintadas en tu cara
y sin querer me encuentro agitando el vaso
para ver si el camarero me hace caso
y me sirve por sexta vez…pero nada,
está ausente, con la cara iluminada.
Serás la protagonista del Plató,
¿Pero esta noche solo te tendré yo?

Amas a nadie y no deseas a ninguno,
a ese juego ( con tu permiso) yo me uno.
Dejemos al presente las instrucciones
pues ya sabemos nuestras limitaciones.
Por hacer oídos sordos cuando te llamo
uso tus intenciones como reclamo,
quizás no es necesario, pero me obligas,

y ahora lo único que quiero es que me sigas,

maldita Sílfide, a donde me arrastraste.
Dime, infernal deseo ¿ Por qué me hablaste
hace escasas noches de sus tus sentimientos
si hoy tan solo son bacanales lamentos?
Por hacer oídos sordos cuando te llamo
uso tus intenciones como reclamo
y como hipnotizada tú sola llegas
sin hacer ruido a mí, olvidas y te entregas
al deseo que ya es fingido en cada noche.
¡Cómo duele el amanecer del reproche!

¡Oh! Bella mujer, eterna insatisfecha,
eres el dulce peligro que me acecha
entre el glaciar de la memoria y lo oscuro,
en donde santificas tu cuerpo impuro
sometido en la luz a otra identidad.
¿ Por qué en público muestras esa frialdad?
¿Solo para disfrazar tus intenciones?
¿Serás tú la que creas nuestras confusiones?
Por el día eres escurridiza, fría,
por la noche dices que solo eres mía.
Supongo que es verdad, y la excitación
es una incomprensible contradicción:
el deseo del cuerpo y la inquietud del alma.
¡Si aun cuando estas ausente quiebras mi calma!

¡Oh! Maldita encarnación de la belleza,
nunca eres mía con absoluta certeza,
¡Pero cómo te arrastras celosa al centro
cada vez que otra mujer viene a mi encuentro
para decir adiós susurrando ven!
Bendito el sermón de tu mirada, amén…
si, amenazante se podría decir.
Mira, o me matas o me dejas morir.

Burlé mis principios, pensé en el suicidio
colectivo, me compadezco y me envidio,
me doy asco y me admiro, lloro cuando rio.
muero al estar lleno y sentirme vacío.
Y todo por poder calmar mi inquietud.

¿No sabes que mi reclamo es tu actitud?
Pero hoy no tengas en cuenta mis lamentos,
sigamos disimulando pensamientos.
Hágase tu voluntad y serás mía
impura beldad, pues sé que aunque eres fría
como el hielo que se derrite en mi vaso,
presintiendo y agonizando el fracaso
que constantemente tu mirada augura,
nos fundiremos bajo la noche oscura
que dilata al instinto sin saber nada.

Deseada por todos y por nadie amada.
Aunque seas la gélida dama del fuego
por excelencia, ya no entiendo tu juego.
No sé si estamos jugando, o estás jugando
conmigo, pero aquí sigo, agitando
mi dulce derrota enviada por todos.
Ese es mi papel en la noche de los beodos,
pobres, míralos en sus penas inmersos.
Si no me das amor, dame al menos versos.

Ya están las caras oscuras, apagadas,
ya nadie se hace cargo de sus miradas.
Me limito a llamar al camarero
que aunque creo que se imagina lo que quiero,
le advierto “ponme otra copa, por favor,
esta si puedes, con doble de licor”.
Eres la protagonista del Plató,
pero esta noche solo te tendré yo.

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